La función poética de Roman Jakobson en la comunicación
En su ensayo “Linguistics and Poetics” el teórico y lingüista Roman Jakobson define lo que para
él sirven como las funciones primordiales dentro de la comunicación y, a su vez, de la literatura.
Jakobson establece que de todas ellas (la emotiva, la fática, la conativa, la referecial) la más importante es la poética. También aclara que es esta la función más presente dentro de la literatura, específicamente de la poesía. Pero la función poética de Jakobson también se puede encontrar en otras facetas de la comunicación, siempre y cuando se imponga la selección del orden paradigmático por sobre la metonimia del orden sintagmático.
A los niños, en sus primeros años de escolaridad se les enseña la frase “Mi mamá me ama”. Esta es una frase en la cual se puede identificar la función poética claramente. El significado de la frase sería exactamente el mismo si se dijese “Mi mamá me quiere”, pero de lo que trata la función poética de Jakobson no es del significado, sino de la importancia de los sonidos y las resonancias de los significantes; de cada letra, sílaba y fonéma. Y, en la función poética en especial, de la reverberación que tengan los sonidos creados por la selección específica de los elementos que la componen. Es por esto
que la aliteración de la “m” es tan importante en esta frase. De por sí, es uno de los primeros sonidos que el aparato acústico (la lengua, el paladar, la orofaringe, la epiglotis, las cuerdas vocales, etc.) aprende a vociferar.
Aunque las palabras “mamá” y “ama” no son monosilábicas, el efecto del ritmo es
precisamente reducir la apariencia de las mismas. Parece ser todo una frase monosilábica, así siendo más sencillo para la pronunciación de un niño. De hecho, los niños aprender a decir y a leer la frase monosilábicamente. Además de que la repetición de los mismos sonidos, la aliteración tanto de la “m” como de la “a”, hace que sea más fácil la memorización de la misma.